LENGUA DE SIGNOS, GOYA EN PIEDRAHÍTA .
Tras la representación de “La Vendimia” y “El Quitasol”, este mes de enero había que comenzarlo de una forma especial y espacial.
Habrá más representaciones, organizadas ya en tiempo y entorno, pero el artículo que comienzas a leer, querido lector, tiene un contenido social que nos acerca al pasado. Un pasado que ha forjado la trayectoria de un valle por el sufrimiento y las dificultades, un pasado en el que nuestro amigo Francisco de Goya y Lucientes, se sitúa en Piedrahíta.
Bienvenidos a 1812. ¡Viva la Pepa!.

En Piedrahíta, a 21 de Enero de 2.021
Querida Daniela, hace hoy 6 años nevó en Piedrahíta y tuve la suerte de encontrarme nuestro querido Convento de Santo Domingo abierto. La belleza del lugar era especial, te envié mis fotos y me comentaste si me gustaría colaborar con ellas para un libro que estabas ya avanzando. Aún no sabía de qué se trataba, pero era un honor participar con ellas.
El año anterior habíamos participado en el programa “Mis Ilustres Paisanos” junto con Mary Cruz, Luismi y más colaboradores. Santo Domingo fue el inicio de aquel reportaje, que no sé si sabes, ¡lo han eliminado de Youtube y no puedo recuperarlo!.
Horas después de hacer las fotografías en un Santo Domingo nevado, casualidades que mientras escribo recuerdo, tuve un accidente de coche cuando me desplazaba a trabajar a Salamanca: entrando en Alba de Tormes, villa principal del Ducado de Alba, dejé el coche siniestro a causa de mis vértigos.
Desde el origen de tan insigne Casa que yo conducía, Piedrahíta, mi trayecto ese día acabó en Alba de Tormes, ¿Más casualidades?.
Te pongo en situación: intentamos realizar representaciones de obras artísticas relacionadas con nuestro entorno y… ¡estamos con Goya!. No vas a creerme, pero no sabía cómo encontrar información para inspirarme en las líneas de contenido social e histórico que acompañan a esta, no tan conocida, representación de nuestro querido Francho. Efectivamente, tu obra “La Guerra de la Independencia en Piedrahíta”, me ha servido de gran ayuda.
Tú me dijiste: “para cuando de verdad tengas ganas”. Sin pretensiones ni planteamiento, llegó el momento.
Sé que han pasado años y sólo lo había ojeado… pero de repente, en mi estantería estaba esperando uno de tantos recuerdos que guardo tuyos.
Una de las veces que colaboraste con las Jornadas Culturales del Museo de Arte Sacro, concluí tu presentación invitando a los asistentes, del espacio cultural Caja de Ávila, a viajar unos siglos atrás. Pues sí, unos 7 años después, te invito a que te unas a este viaje.
Goya y sus limitaciones con la sordera.
Conocido es el asunto de los problemas de audición de Goya, por todos los que curioseamos, estudiamos y de alguna manera, somos seguidores del “genio”.
Numerosas son las publicaciones en las que se hace referencia al hecho. Sobre todo en novelas, biografías e investigaciones que recrean diálogos o situaciones con “su musa”: Doña Cayetana, XIII Duquesa de Alba.
La sordera del maestro fue resultado de una enfermedad que arrastraba desde 1792 y su carácter “cascarrabias”, derivaba de sus limitaciones de entender en las conversaciones.
Sin embargo, su inteligencia y sensibilidad se acentuaron poco a poco y es que… cuando se nos cortan unos caminos o recursos, desarrollamos otros.
La poca igualdad social de la época y su brillantez como individuo, harían una tabla de “Lengua de Signos” que no sólo ayudarían al pintor, sino también al resto de población con esas complicaciones auditivas.
Si hoy en día la equidad y accesibilidad de medios e infraestructuras, está en proceso de maduración, imaginaos en los primeros suspiros del S.XIX.
Goya fecha esta tabla en 1812 en Piedrahíta: 20 manos, 21 signos y un contenido social y personal abrumador, aunque no sea una obra pictórica:

Con los años, nuestro pintor se retiraría exiliado en “La Quinta del Sordo” en una situación bastante precaria.
¿casualidades de la vida? El nombre de la finca no se bautizó así por Francho, sino por el anterior propietario de la finca, que también padecía sordera. Es allí, como curiosidad, donde aparecieron sus conocidas “Pinturas Negras”.
Plano social de Goya y Piedrahíta en los albores de 1812.
En 1802 fallece la XIII Duquesa de Alba sin descendencia. El Ducado pasa a manos del hijo de una prima segunda suya, que se dedica a viajar en los primeros años del S.XIX, por lo que el Palacio de Piedrahíta no tenía actividad tras el fallecimiento de “La Cayetana”.
Décadas atrás, Goya había conocido la gloria de esta Casa de Campo, sus jardines y fuentes, alimentándose de ello como fuente de inspiración. Pero en estos años se respiraba otra realidad.
En el panorama internacional, podemos decir que la incipiente Guerra de la Independencia comienza en 1807, con el tratado de Fontainebleau. El tratado permitía el paso de tropas de Francia por España para entrar en Portugal. Pero de manera “secundaria” Francia quería aprovechar sus tropas en España para conquistar nuestro país.
El ambiente en El Corneja se crispa, nuestra Duquesa fallecida, un palacio Cerrado y un Goya sordo y aterrado.
Respecto al plano laboral, Goya sigue “al pie del cañón” como pintor de rey de José Bonaparte, desde 1808. Aun así, no deja de plasmar la situación real diaria con obras como “Los Fusilamientos del 2 de Mayo” y su obra conocida como “Los Desastres de la Guerra”.
En el plano nacional, surge una “división patriótica” entre afrancesados con ideas Liberares y seguidores de Pepe Botella (José I Bonaparte) y los Patriotas.
Nuestro otro ilustre paisano, José Somoza, el cual descansa en el arruinado, ruinoso y aún más bello convento piedrahitense, acerca a nuestra imaginación la situación que vivieron los pobladores del Corneja. Él mismo sufrió persecuciones y multas durante los años de guerra, incluso un bayonetazo en su muslo. Nuestro querido amigo dejaría el puesto de corregidor.
La Guerra azotó el Valle del Corneja, causando hambre, ruina, pobreza y tristeza con muchas muertes. Os aconsejo leer “La Guerra de la Independencia en Piedrahíta” de Daniela González Castro, para entenderlo de verdad.
Los destrozos se hicieron hueco también en nuestro patrimonio, ya que desde 1808 a 1812, año de nuestro Lenguaje de Signos, se registran espolios de platería religiosa en las iglesias de la comarca, destacando la de Piedrahíta, para poder hacer monedas. La platería del oratorio del Palacio de los Alba, ya había sido utilizada para ello años antes.
Hablando del Palacio de los Alba, se convierte en cuartel del ejercito y es que su administrador de patrimonio tuvo que huir, acusado de afrancesado por los vecinos de la Villa de Piedrahíta. El edificio en cuestión no puede ser más francés, todo hay que decirlo.
En 1809 José Napoleón II promulga el decreto de extinción de ordenes religiosas y propiedades que debían de ser desamortizadas. Nuestro Valle como reflejas en tu libro, Daniela, intentó aguantar en todos los sentidos.
Gerar Dufour sitúa Goya durante la guerra de la independencia y lo relaciona con una huida desde Madrid hacia Piedrahíta, pero al parecer, tuvo que regresar de forma obligada ya que había orden de expropiar los bienes de los ausentes. Sin embargo, hay otro hecho que sitúa a nuestro Francho en Piedrahíta y es un retrato que realiza a “El Empecinado” que en esas fechas se ubica en Piedrahíta al mando del ejército y que, sin lugar a dudas, coincide con “El Pintor”.
Con estos hechos no es ya tan extraño que Goya visitara nuestra Villa, sin los Duques ni su palacio. Quizá lo tomara también el como una residencia de escape.
Somoza deja el cargo de corregidor en 1811 y el 22 de noviembre nos narra:
Entré en sus jardines, por la puerta de hierro que ya no existía. Por el puente elíptico de las azucenas bajé a la calle de los Grandes Chopos. Las fuentes ya no corrían; el gran estanque estaba encenagado y había cesado el murmullo de la Casa del Agua. Subí las gradas que ya no eran sino un montón de Sillares desencajados, y me estremecí al hallarme en el salón del Palacio.
1812.
El 22 de julio 1812, cerca de Piedrahíta, al sur de Salamanca (recordemos que fuimos provincia de Salamanca), tiene lugar la Batalla de Arapiles. Los ejércitos, unidos a la guerrilla, consiguen retirar al enemigo francés.
Piedrahíta, en ese 1812 en el que Goya hace este Lenguaje de Signos, se convierte en el primer lugar donde se Juró La Constitución de “La Pepa”, de toda la provincia de Ávila.
Tras reconocer a Fernando VII como rey de España y sus colonias en 1813, la guerra había causado destrozos humanos, comerciales, en la agricultura y el exilio de los ilustrados afrancesados.
Con la restauración de Fernando VII se le retira el título a nuestro genio de pintor de rey.
Tras la guerra de la independencia, una Constitución de Cádiz de 384 artículos, donde aparecen los derechos del individuo sobre escrito. Establece la soberanía nacional, separación de poderes y otras disposiciones que atañen al ejercito a la confesionalidad católica.
Fue válida en los siguientes periodos:
- 1812 al 1814.
- 1820 al 1823.
- 1836 al 1837.
Francisco de Goya nos muestra la época dorada del “lujo Ducal” en Piedrahíta, en sus obras costumbristas y alegres como “La Siega” o “La Vendimia”.
Nos acerca a la sociedad en la representación del “Tántalo”.
Pero, sobre todo, nos alimenta de verdad, la verdad de un pueblo en periodo de guerra en el que no se podía gritar justicia, porque no se hacía; una verdad en la que para sobrevivir había que ser sordo y por qué no, comunicarse con Signos para ser escuchado y respetado.
En 2021 nos comunicamos y recordamos, mediante los Signos de Francho, para divulgar nuestro patrimonio para quienes sean sordos.
El fondo de estas personas, se corresponden con dependencias del Palacio que Francho conociera en su plenitud y ruina:
El primero es el Torreón del Palacio (conocido como Torre del Reloj) y las manos sobre sus magníficos sillares almohadillados, de un gusto italiano dentro del contexto francés del conjunto.
El segundo, corresponde con la puerta de cochera de acceso a los subterráneos del enlanchado del Palacio. Esperemos que con el tiempo sean espacios dignos de disfrutar por residentes y visitantes.
Muchísimas gracias a todos por participar: Pablo, Bea, Charo, Noemí, Nedy, José Antonio, Olivia, Adri, Andrea, Toño, Reyes y Pipi.

Gente que quiere a su pueblo.
Rodrigo González Labrador