Una mañana como la de hoy, un 29 de Octubre de un otoño espectacular en el Valle del Corneja, nace en Piedrahíta nuestro más ilustre vecino, El Gran Duque de Alba, Don Fernando Álvarez de Toledo.

Todos conocemos que es uno de los personajes más importantes de la Historia, pero… ¿Qué sabes sobre El Gran Duque?
Don Fernando, fue el III Duque de Alba, IV Marqués de Coria, III Conde de Salvatierra de Tormes, II Conde de Piedrahíta y VIII Señor de Valdecorneja. Es además Grande de España y Caballero de Orden del Toisón de Oro.
Nuestro Duque es hijo de Don García, el cual, gracias a su buen hacer durante el reinado de Enrique IV y unión a los reyes Católicos, consiguió extender los dominios a Gredos y Valle del Tormes hacia Coria (Extremadura).
El abuelo del III Duque, Don Fadrique, Conde de Salvatierra y Piedrahíta, le otorga la formación y el crecimiento personal, ya que el padre del Gran Duque, Don García, fallece muy pronto.
Don Fadrique se había posicionado a favor de la Reina Isabel en la Batalla de Toro y la relación con los Reyes Católicos, era prácticamente familiar. Don Fadrique impulsó de una manera brillante su patrimonio, resultando la Casa de Alba una de las más importantes de Castilla.
El Piedrahitense, El Gran Duque, es un personaje fundamental en la Historia de España en ámbito político, militar y también social. Era el prototipo de caballero renacentista.
Su madre, Beatriz de Pimentel descendía de la nobleza de Los Benavente y tras el casamiento con Don García tenían su residencia en Piedrahíta, Alba de Tormes y Coria.
La educación de Don Fernando fue fundamentalmente militar por parte de su abuelo Don Fadrique, pero a nivel cultural y social el educador fue el Dominico Severo Marini.
Desde muy joven viajó por Europa en relación a otras familias Grandes de España. Con dieciséis años fue nombrado Gobernador por el Condestable Íñigo Velasco en la Toma de Fuenterrabía.
Con unos años más, no muchos, dejó huella en el Valle del Corneja y en uno de tantos trayectos que hacía de Piedrahíta al Barco de Ávila, paró en Los Molinos (La Aldehuela), donde tuvo un amorío con María, la hija del molinero. De ésta relación puntual, la molinera tiene un descendiente, Don Hernando, del cual nuestro Duque se ocuparía militarmente cuando lo reconoce como hijo.
Don Hernando dará muchas satisfacciones a su padre, fijaros en que había reconocido a un hijo como tal, antes de su matrimonio en pleno S. XVI. El maestro de maestros, Lope de Vega, hace referencia en una de sus obras a éste suceso: “El Duque y La Molinera”.
“Cuatro años más tarde, tras la muerte del Abuelo Don Fadrique, con sólo veinticuatro años, mi ilustre paisano se encuentra al frente de una de las Casas más importantes de España”.
De ésta primera etapa a la cabeza, hace una estrecha amistad con Garcilaso de la Vega, pasando temporadas en Italia, por la época en la que el hermano de nuestro Duque, Bernardino, muere a causa de una sífilis. Garcilaso escribe una emotiva y preciosa elegía como apoyo a nuestro Gran Duque.
Sus hazañas militares en Túnez fueron un antes y después en el que demostró su valía. Es el momento y lugar donde le fue entregado la armadura de su padre, almacenada en el arsenal del Bey de Túnez.
Su vida, tras la muerte de su madre, Beatriz de Pimentel, va a caracterizarse por estar al mando militar de la Casa Real con Felipe II y cuidar al príncipe Don Carlos con su enfermedad.
Sus operaciones militares en la costa Africana y Europa le hacen un nombre en la historia militar, aunque a veces su resultado sanguinario sea comparado con la Inquisición o el Colonialismo, como una figura de “La Leyenda Negra”.
En nuestro País, trabajando al servicio de Felipe II, fue nombrado miembro del Consejo Asesor del Príncipe Felipe, puesto muy relevante en las ausencias el Rey Carlos V, «El Emperador».
1545 un año relevante para nuestro paisano ya que se le otorga el Toisón de Oro en Ultrecht. Seguro que fue otro cruce de sentimientos hacia su abuelo, que ejerció de padre educador y que también obtuvo el reconocimiento en su momento.
Fue un gran gestor, político y eficaz en su trabajo. Batallas y campañas militares harían de este pequeño articulo, toda una novela, pero es necesario puntualizar que en 1572 tiene lugar la Matanza de San Bartolomé, con unos veintiocho mil asesinatos en Francia “el agua del Sena era roja”, la lucha religiosa entre Católicos y Protestantes, marcarían la vida de nuestro personaje.
Conocida es la actuación en Flandes, donde en lugar de decir “que viene el coco” a los niños les decían “que viene el Duque de Alba”.
La vida de nuestro protagonista si se caracterizó por algo es en su trabajo al frente del rey a nivel político, militar y también social ya que actuaba como un facilitador en todos los ámbitos.
Sus últimos días los pasaría en Portugal donde fallecería, el día de mi nacimiento (ya podéis felicitarme) un 11 de Diciembre de 1582 en Tomar (Lisboa).
Pero, ¿Qué queda de esa Cuna Ducal en Piedrahíta?
513 años después seguimos haciendo historia y tenéis que ayudarme a recuperarla. Piedrahíta murmura ese pasado, pero ese murmuro tiene que salir al escenario natural en el que nos encontramos.
El Castillo: Los cimientos de la residencia en la que habitaba la familia, en la época del Gran Duque, se encuentra bajo el Patio de Armas del Palacio de los Duques del S.XVIII. En el año 2001 se decidió tapar esos vestigios con un decorado de jardín palaciego que a algunos gustará.
La Tradición Oral ha llegado a nuestros días diciendo que “la casa donde nació El Gran Duque”, era la que fuera del administrador de la familia, que aún se conserva y alberga acertadamente la Biblioteca Municipal bajo un estupendo balcón de arco “conupial”. Actualmente llaman a esta palaciega construcción “Casa del Poeta Gabriel y Galán” porque en los últimos años del XIX vivió en una dependencia del edificio, mientras ejercía de maestro en Piedrahíta. (Podéis llamarla acertadamente Casa del Administrador del Duque de Alba).
Desde Piedrahíta hay una ruta de sendero maravilloso hacia Los Molinos (La Aldehuela), se podría hacer una ruta temática espectacular, ¿lo hacemos?.
El Archivo Histórico de Piedrahíta es de los más interesantes en cuanto a medievalismo, y mi amiga María Daniela González Castro hizo una labor espectacular. Mandamos un abrazo enorme a su familia. Este archivo cuenta con la “mal llamada” Partida de Nacimiento del Gran Duque de Alba, el 29 de Octubre de 1507. Se trata del documento acorde a la época, las Partidas de Nacimiento datan de la incorporación del Registro Civil en 1841. Nuestro Archivo debería de ser conocido, guiado e interpretado a visitantes, universidades y sobre todo a gente del Pueblo. ¿Vosotros lo conocéis?.
El Convento de Santo Domingo de Piedrahíta (1369), Cementerio romántico, cuenta con una espectacular Capilla en sus ruinas, es parte de la cabecera del templo, que a su vez fue la pieza más importante del cenobio por su función como panteón de la Casa de Alba. Si la suciedad y abandono te lo permite, fíjate en una losa de mármol costeada por el Duque de Alba del S.XX Jacobo Fitz James Stuart y Falcó; Efectivamente, Piedrahíta a día de hoy constituye el Primer Panteón de La Casa de Alba: Señores de Valdecorneja y Condes de Piedrahita. Descansan los restos de: Hernando Álvarez de Toledo y su esposa Leonor de Ayala; su sucesor García Álvarez de Toledo; la esposa de éste, Constanza Sarmiento. “No hay noticias concretas sobre quiénes ocuparon el segundo nicho del lado de la Epístola, si bien Fandiño explica que existían huesos al menos de tres cuerpos adultos que probablemente pertenecerían a otros tantos miembros de la Casa de Alba. En el suelo de la capilla se enterraban segundos y deudos del linaje de entre los que únicamente destaca la presencia de García de Toledo y su esposa doña Mayor, señores de La Horcajada y especiales bienhechores del convento”. (BSAA arte LXXX (2014), pp. 35-60 2014. Universidad de Valladolid)
A día de hoy, visité el Convento, el cementerio, las calaveras por el suelo, los 21 nichos al descubierto, hacen referencia al escrito que hace un año publiqué en El Diario de Ávila por el abandono y desidia a nivel patrimonial y como cementerio. Actualmente, ese sentimiento de revolución ha resultado en otro de pena y tristeza ante una realidad. Dentro de muy poco todo ese pasado glorioso, ese Cementerio que podría ser visitado por miles de personas, donde convivieran pasado, vida, muerte y patrimonio va a ser aire, y todos y cada uno de nosotros lo estamos permitiendo.
¿De qué color es el miedo?
– Del de la prudencia.
Rodrigo González Labrador.